viernes, 25 de julio de 2008

El Duelo

En occidente no tenemos mayores ritos que nos permitan vivir el duelo ya que de nosotros se espera que seamos fuertes y que hagamos nuestra vida con normalidad, pero para alcanzar esta normalidad necesitamos expresar nuestra tristeza por la pérdida de nuestro ser querido.
Por: Erika Santelices Wangnet

Antiguamente la muerte era algo más cotidiano en nuestras vidas, la tasa de mortalidad infantil era mayor que en nuestros días y las personas no sobrevivían mas allá de los 65 años, las que eran consideradas ancianas, sin embargo hoy en día la expectativa de vida alcanza los 70 a 75 años de edad.

Si bien la muerte es la única certeza que tenemos en la vida, nos provoca mucho miedo y ansiedad, tanto el enfrentar la muerte propia como la de nuestros seres significativos.

El duelo es una reacción normal después del fallecimiento de una persona significativa en nuestras vidas, ya que implica la separación definitiva del ser amado.

El duelo es una adaptación a la nueva situación que hemos de vivir, no podemos decir con exactitud cuanto dura un periodo de duelo ya que la duración de éste, dependerá de cada persona y las circunstancias que rodean la muerte, si es una muerte esperada (enfermedad larga, vejez) o inesperada como un accidente. Pero algunos especialistas dicen que la duración aproximada es de uno a tres años.

El duelo es un proceso que debe ser vivido en su momento y sin críticas ni exigencias tales como “debes ser fuerte”, “debes hacer tu vida normal”, ya que es normal sentirse triste, abatido, desorganizado y perdido como si se nos hubiera caído el techo.

Si bien por un tiempo, toda nuestra vida , compromisos laborales y sociales se verán mermados, estancados, estos síntomas, con el tiempo, van desapareciendo y facilitando así el retorno de nuestras actividades, cada vez con mayor normalidad y resignación.

En el período de duelo es conveniente la compañía de parientes y amigos.

El duelo se compone de tres etapas:
- Etapa de impacto o también llamada fase de evitación.
- Etapa depresiva o de confrontación.
- Etapa de recuperación o de reestablecimiento.

En la primera etapa llamada de impacto o evitación, se produce una incredulidad de los hechos llegando a la negación ya que es imposible asimilar la realidad de lo sucedido, es difícil de comprender qué pasó, esto no puede estar pasando. Entre los síntomas más comunes tenemos las alteraciones físicas tales como dolores musculares y problemas estomacales y sicológicas como alteraciones del sueño y del apetito como insomnio y falta de apetito respectivamente.

En la segunda etapa llamada depresiva o de confrontación se describe la sensación de sentir la presencia del ser querido y los sueños vividos. Es el momento en que recordamos la vida de esta persona y todo lo que rodeo su muerte.

Esta etapa se caracteriza por la aparición de la rabia y la culpa; rabia con el difunto por habernos dejado solos o con DIOS por habernos quitado al ser querido y culpa por la rabia sentida, ya que esta no es permitida por el resto, o por sentir que no hicimos todo para evitar su muerte.

En esta fase se viven sentimientos de desesperanza, perdida de concentración, incapacidad de tomar decisiones, trastornos del sueño y apetito y algunas personas comienzan a tomar tranquilizantes o a beber bebidas alcohólicas.

La tercera y última etapa, llamada, etapa de recuperación o de reestablecimiento. Siempre y cuando uno haya superado las etapas anteriores es posible llevar una vida normal guardando recuerdos que nos traerán añoranzas pero no precisamente tristeza.

Existen varios tipos de duelo, entre ellos esta el duelo retardado, en que la negación con la esperanza infundada del retorno del difunto, lo que produce mucha ansiedad y detiene la reacción de la primera fase o etapa.

El duelo inhibido en que el deudo no expresa la manifestación de la pérdida.
El duelo prolongado, la depresión persiste mas allá de el año del fallecimiento.
El duelo no resuelto en que el sobreviviente se queda “pegado” en el fallecimiento y las circunstancias que rodean la muerte sin poder dar paso a la etapa de reestablecimiento.

El duelo enmascarado, la persona presenta sólo problemas físicos, como dolores musculares, problemas de presión sanguínea, problemas estomacales etc.

Y podríamos incluir el patológico en que el duelo no se supera y requiere de de ayuda siquiátrica.

Saludos

Rolando Becerra Castillo.

CGA / Eq. edición Blog

Visto en: Coepsi.

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1 comentarios: on "El Duelo"

Edu.- dijo...

Super interesante...

...sobre todo desde el punto de vista sociocultural en el cual estamos insertos.

Se exige tanto ser fuertes y vivir un duelo lo más corto posible que muchas personas se sienten felices y gratificadas cuando sientes que un pariente "lo supo llevar bien" "no sufrió tanto" cuando en el fondo y muchas veces aún están elaborando su dolor y quizás aún estén viviendo la primera etapa.

Sin duda el duelo es un tiempo que no tiene inicio ni fin establecido, pero que debe ser vivido y sobre todo comprendido y apoyado por quienes rodean a la (o las) persona(s) que se encuentra inserta en ese dolor.

Gran tema!
estamos acostumbrados a estudiar otro tipo de procesos, vivencias, situaciones, siendo que como psicólogos (o futuros psicólogos) tenemos mucho que aportar en estas situaciones

:)